Como en todas las artes marciales, el aprendizaje de judo implica en mucho el contar con un buen maestro, no existe manera de avanzar y llegar a ser un buen judoka si no se cuenta con un instructor profesional, que conozca bien la disciplina, el ritmo de avance adecuado y todos los detalles, pero también que cuente con los valores y características que identifican a un gran maestro:
Vocación de maestro
Esto aplica para maestros de cualquier área, en el caso del judo, un gran maestro disfruta del tiempo que pasa enseñando. No está pendiente cada 5 minutos de la hora, para retirarse y culminar la clase, tampoco llegará con cara de pocos amigos ya que formar nuevos discípulos es algo que le llena.
Valor el inspirar respeto, no temor
Incluso si se trata de un gran maestro, fuerte, con campeonatos ganados, no será su capacidad o fuerza lo que defina su imagen ante los alumnos, será el respeto por su imagen integral como persona y como maestro. Esto es, por los valores que respeta y representa, por un trato respetuoso y adecuado a todos y por ser comprensivo, flexible pero enfocado en ofrecerles una buena preparación en el judo.
Trabajo diferenciado para las particularidades de cada estudiante
Un buen maestro entiende que no todos los alumnos tienen el mismo ritmo de aprendizaje, que algunos pueden tener dificultades en determinados ejercicios o técnicas y debe ser paciente, incluso tener algunas técnicas de aprendizaje que acerquen a estos discípulos a su crecimiento en la disciplina para mantenerlos inspirados.
Su enseñanza y trato está basado en el crecimiento mutuo y no en ganancias
Aunque no es tan sencillo entender esto, cuando un maestro solo se ocupa de ganar dinero dando clases, sin mayor interés en sus discípulos y en la formación de estos, se nota de inmediato. Un buen maestro tiene que tener el trato con sus alumnos como una prioridad y no dejar ver rasgos que demuestran una actitud de “vendedor – cliente”, que afectaría la sana relación y el aprendizaje.
No teme los plazos correctos del aprendizaje
Existen siempre personas que quieren avanzar a ritmo acelerado, también maestros que ceden a la tentación de saltarse etapas de la formación, para demostrar cuanto antes un avance en la formación de sus estudiantes. Esto no es correcto.
Un gran maestro entiende que los plazos de aprendizaje son necesarios, las técnicas tienen un ritmo de trabajo y una serie de pasos para dominarlas y entre distintas técnicas, algunas se aprenderán primero que otras o incluso como requisito previo para luego estudiar algunas más avanzadas, es como debe ser, saltarse estas etapas con atajos engañosos es poco profesional y, en algunos casos, puede ser hasta peligroso a nivel de lesiones.
